Los residuos deben ser transportados por empresas autorizadas y capacitadas para manejar residuos peligrosos.

El transporte debe realizarse en vehículos adecuados y correctamente señalizados, cumpliendo con las regulaciones de seguridad en el transporte de residuos peligrosos.

Al llegar a la instalación de disposición, los residuos son recibidos y registrados. Es crucial que todo el proceso esté documentado.

Los residuos son tratados para neutralizar su potencial de daño. Los métodos más comunes son la incineración, que destruye los residuos a altas temperaturas, y la esterilización por autoclave, que utiliza vapor a alta presión para desactivar microorganismos.

Tras el tratamiento, los residuos cortopunzantes desactivados son dispuestos en rellenos sanitarios especialmente diseñados para residuos peligrosos, o en otros sitios autorizados, asegurando que no representen un riesgo para la salud pública ni el medio ambiente.